Atrás quedan esos años en los que los bañistas de las playas del mar menor buceaban junto a peces con rostro similar a un caballo terrestre que responden por el nombre de caballitos de mar.
Este pequeño pez marino de cola alargada que la utiliza para enroscarse en las algas y plantas marinas, tiene una forma muy peculiar de reproducción. Son monógamos, es decir, siempre mantienen la misma pareja. Los meses perfectos para procrear es durante las estaciones de primavera y verano. El periodo de gestación va desde 10 días a 2 meses dependiendo de las condiciones climáticas.

La pareja se aparea entrelazando sus colas. Un cortejo en forma de danza nupcial se celebra para que la hembra le pase los huevos al macho con ayuda de una papila genital, quedando así el macho “embarazado” y encargado de la incubación de hasta 400 huevos. Aparentemente su reproducción en cautividad podría ser sencilla pero tras multitud de intentos esta especie es muy sensible, necesita unas condiciones de agua y alimentos difíciles de imitar en un acuario.
La mala información de los turistas y pescadores acerca de este ser vivo hace que se avecine un panorama más que complicado para evitar su desaparición definitiva. Un estudio reciente llevado a cabo por la conserjería de medio ambiente nos informa de la existencia de tan solo 8 caballitos de mar en la costa del mar menor. Sí, he dicho 8…
¿Es esto una despedida?, ¿Habrá posibilidad de poder recuperar la especie en los próximos años? ¿Son las medusas las causantes de esta tragedia? Me lanzo al aire un sin fin de preguntas mientras observo al fondo un cuadro donde han tenido la osadía de disecar ni más ni menos que 35 caballitos para poder darle al restaurante un ambiente más marino. El propietario jamás se habrá sentado a pensar que con esa horterada de arte esta contribuyendo a la desaparición de dicha especie.
La playas del mar menor son idílicas para estos peces óseos, gracias a la tranquilidad y temperatura de sus aguas. Esta laguna cristalina donde hace unos años se reflejaba el baile de bandadas de peces son hoy otra realidad, estas aguas sensibles dibujan mastodontes construidos de ladrillos donde las normativas de protección del medioambiente han sido arrojadas al mar en una botella como si de un mensaje de amor se tratara.

Fuente: http://viajero.nireblog.com

1 comentarios:

Qué curioso el caballito de mar, y que´lástima que estemos acabando con ellos, no se puede hacer nada?
Gracias por este post tan chulo!
Un saludo y un abrazo Edu!

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